Chapter XXVI.

Los Misterios de Chichen Itzá

En los bosques tropicales de la península de Yucatán, en México, yacen rodeadas por 500 años de densa vegetación, magníficas ciudades de piedra. Aquí se encuentran algunas de las obras de arquitectura más impresionantes del continente americano: extensos pabellones de columnas que fueron sede de vibrantes mercados, complejos deportivos, administrativos, religiosos y por supuesto las impresionantes pirámides, y todo hecho de piedras expertamente talladas. Hoy viajamos a uno de los más renombrados restos arqueológicos de la cultura Maya, la ciudad de Chichen Itzá, para explorar algunos de sus misterios.

Su nombre en el idioma Maya significa “La boca del pozo de los brujos de agua” porque marca la ubicación del “Cenote Sagrado”, un lugar de suma importancia para los Maya. Los cenotes son formaciones geológicas que ocurren al derrumbarse el techo de una o más cuevas dejando un agujero en la tierra donde se acumula el agua. En estos pozos naturales a veces se conectan grandes redes de cavernas inundadas donde se han encontrado restos humanos y artefactos preciosos. Esto es porque los Mayas creían que los cenotes eran las entradas al inframundo, hogar de los espíritus y vía de comunicación con los dioses. Los sacerdotes líderes de Chichen Itzá realizaban grandes procesiones al Cenote Sagrado donde ofrecían sacrificios humanos a Chaac, el dios de la lluvia.

Dicen que cuando fue fundada la ciudad, alrededor del año 525 después de la era común, los Mayas vivían una era de prosperidad en la que buscaban la paz y el desarrollo de sus pueblos. Pero 1000 años después, al llegar los conquistadores Españoles, encontraron un área devastada por guerras civiles y varias ciudades casi abandonadas. Construir un lugar como Chichen Itzá requiere tanto esfuerzo que es difícil entender por qué sería abandonada.

Pero poco a poco los descubrimientos realizados con nuevas tecnologías están deshaciendo el misterio. Así como costó muchos recursos construirla, también era muy costosa mantenerla. Algunos estudios realizados sobre la calidad del suelo y la vegetación indican que durante el auge del imperio, los suelos que alimentaban a la ciudad tenían un excelente rendimiento para la agricultura. Pero en algún momento entre los siglos 9 y 11, sequías y el exceso de cultivos agotaron esas tierras y los Mayas empezaron a pasar hambre. La escasez de recursos los llevó a la guerra con pueblos vecinos y eventualmente a la decadencia. Es una historia que vemos repetida a través de la historia por todo el mundo.

Durante la paz, tres pueblos dominaban esta región que conocían como Mayab desde tres ciudades: Chichen Itzà, Mayapán y Uxmal. Cuando empezaron a hacer la guerra entre ellos, todo empezó a deteriorarse, años de ataques y represalias, invasiones y migraciones, muerte y destrucción, no lograron más que dividir el poder de las tribus y empeorar la situación. Y todo esto continuó hasta que llegó la primera expedición conquistadora al Yucatán al mando de Francisco de Montejo.

Sin embargo, una leyenda nos cuenta que fue un amor prohibido lo que terminó con la paz entre los reinos. Cuentan que la bellísima Sac Nicté, suyo nombre significa “flor blanca” era la princessa de Mayapán y estaba comprometida con el principe Ulil de Uxmal. Pero su verdadero amor era el príncipe de Chichen Itzà, Canek, cuyo nombre significa “serpiente negra”. El día antes de la boda entre Sac Nicté y Ulil, Canek soñó con una flor blanca y en la madrugada fue a buscar a Sac Nicté para escapar juntos. Canek sabía que Ulil vendría en busca de ellos así que juntó a todo su pueblo y se refugiaron en una isla dentro de una laguna. Cuando Ulil llegó a Chichen Itzá con los ejercitos de Mayapán y Uxmal, la encontró vacía y al no poder vengarse del traidor Canek, decidió quemar su adorada ciudad. Desde ese día Chichen Itzá quedó en ruinas.

Hoy esas ruinas son uno de los destinos turísticos más importantes de Yucatán. Los viajeros de todo el mundo llegan a esta antigua ciudad de piedra para maravillarse con sus muchos misterios. La más popular de todas las atracciones del lugar es sin duda “el castillo”. Cada año durante los equinoccios, cuando el sol sale exactamente por el este y se pone exactamente en el oeste, se puede presenciar una asombrosa ilusión en la pirámide central de Chichen Itzá. Esta estructura de dimensiones precisas actúa como calendario en estos dos días del año, marcando el inicio de la primavera en marzo y del otoño en septiembre. Solamente en estos dos días del año, cuando los rayos del sol caen sobre la pirámide con el ángulo indicado, la escalinata principal se convierte en el cuerpo de la serpiente emplumada, símbolo de Kukulkán. La cabeza de la criatura mítica se encuentra en la base de las escaleras y al transcurrir el día, el cuerpo de la serpiente parece ondular y bajar hacia la tierra, por eso le llaman a este fenómeno: “el descenso de Kulkulkán”. Para los Mayas este era un día muy especial ya que Kukulkán fue el dios que les dio la agricultura, y los equinoccios marcan el inicio y el fin de las épocas productivas para cultivar.

Así como este existen otros misterios aún ocultos en Chichen Itzà y en otros sitios Mayas. Las leyendas nos proporcionan una conexión a ese pasado remoto e inspiran las nuevas generaciones de exploradores. Gracias a ellos, cada día descubrimos un poco más sobre este sofisticado imperio que fue reclamado por la selva.

¡Hasta nuestra próxima expedición, amigos
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